Descubrir la estructura del huevo: una aventura en tres partes
¡Hoy vamos a descubrir todo lo que esconde el interior del huevo! En este viaje a través de sus partes, exploraremos la estructura que alberga un tesoro nutritivo y nos revela secretos sobre su origen. Prepara tu lupa porque vamos a diseccionar el huevo en detalle.
Parte 1: La Cáscara – El Escudo Protector
Imagina la cáscara como la armadura del huevo. ¡Es una barrera contra el mundo exterior! Compuesta por una matriz cálcica, la cáscara está atravesada por miles de poros que permiten el intercambio de gases. ¿Blanco o marrón? Es solo pigmentación, ¡no afecta la calidad ni el valor nutricional!
La cáscara está cubierta por una cutícula orgánica que, como un superhéroe, cierra los poros, protegiendo al huevo de microorganismos. Esta capa está formada en un 90% por proteínas. El 10% restante se compone de de lípidos y carbohidratos.
Un dato curioso: ¡no intentes obtener calcio de la cáscara triturada! La forma química hace que no sea asimilable por nuestro cuerpo. Además de calcio, en la cáscara del huevo se encuentran otros minerales en menor medida como magnesio, zinc, sodio, manganeso, hierro, cobre, aluminio y boro.
Ya sabemos entonces que la cáscara del huevo es una obra maestra protectora. Pero, ¿sabías que está compuesta por dos membranas esenciales?
Membrana Testácea Interna y Externa: Estas membranas, ubicadas en la parte interna de la cáscara, no solo proporcionan un escudo protector al albumen, sino que actúan como defensa contra las bacterias invasoras. Estas membranas están firmemente unidas durante el proceso de formación del huevo. Sin embargo, poco después de la puesta, la contracción del volumen del contenido interior del huevo se enfría y permite la entrada de aire en el huevo por el polo grueso que separa estas membranas. Esto da como resultado la formación de una estructura similar a una burbuja denominada la cámara de aire.
Parte 2: La Clara – Ballet Acuoso de Proteínas
Dentro de la cáscara encontramos la parte comestible del huevo: yema y clara. La clara está dividida en dos partes: el albumen denso y el albumen fluido. El albumen denso rodea la yema y es la fuente principal de proteínas y riboflavina del huevo. La clara es principalmente agua (88%) y proteínas (12%).
La ovoalbúmina es la reina aquí, y destaca su gelatinosa estructura cuando se cocina. La clara es un tesoro de aminoácidos esenciales, que componen la proteína alimentaria de referencia para valorar la calidad de las proteínas en otros alimentos. Y los puntos rojizos que a veces encontramos en la clara no quieren decir que el huevo esté fecundado…en las granjas comerciales no hay gallos, ¡Solo son células epiteliales del oviducto de la gallina!
La clara del huevo alberga otro secreto: las chalazas. Si alguna vez te has preguntado sobre esos filamentos enrollados en la clara, aquí está la respuesta: Estos engrosamientos del albumen se llaman chalazas y son como anclas que van desde la yema hasta los dos polos opuestos del huevo. Sujetan la yema en su lugar, manteniéndola centrada y asegurando su integridad.
Parte 3: La Yema – El Corazón Nutricional del Huevo
Finalmente, llegamos a la joya de la corona: la yema. Rodeada por la membrana vitelina, la yema es la parte más valiosa nutricionalmente, ya que aquí se encuentran la mayor parte de las vitaminas, todos los lípidos y gran parte de los minerales con importancia nutricional, lo que convierte a la yema el epicentro del poder nutritivo del huevo.
En el corazón de la yema, se esconde un pequeño disco claro llamado blastodisco. En esta diminuta estructura se inicia el emocionante viaje de la vida. Cuando el huevo está fecundado, este disco es el lugar donde comienza la división de las células embrionarias, que dará origen al futuro pollito tras 21 días de incubación en el caso del huevo de gallina.
La intensidad del color amarillo de la yema depende de la dieta de la gallina, y no afecta al valor nutricional del huevo.
Como has podido comprobar, descubrir todos los secretos del huevo es una aventura que te invitamos a vivir. Y la próxima vez que disfrutes de este manjar ¡recuerda la maravillosa historia que lleva cada bocado!